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Angioedema hereditario: los beneficios del tratamiento subcutáneo

Desde hace un par de años, un nuevo tratamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes que padecen angioedema hereditario se presenta como la alternativa médica más virtuosa. La especialista brasileña Anete Grumach nos cuenta por qué es así.

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El 31 de agosto, 1 y 2 de septiembre se llevó adelante el “XXX Congreso Internacional de la Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología”. El lema del encuentro, organizado por la Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología, fue “Acercando la Inmunología a la práctica clínica”. En el contexto de este evento tan importante para la región la Dra. Anete Grumach de Sao Paulo, Brasil, fue invitada a exponer sobre la prevención de las crisis causadas por el angioedema hereditario (AEH).

Durante su ponencia se refirió a los temas centrales que abordan esta problemática en la salud y puntualizó sobre la necesidad de realizar un diagnóstico diferencial y certero antes de comenzar el tratamiento. En ese sentido, detalló las causas que provocan el síndrome de angioedema. Lo hizo a través de cinco endotipos: por mastocito, por bradicinina, por cambio en el endotelio vascular, inducido por droga y el desconocido. El angioedema por mastocito es el que posee una prevalencia mucho más alta que los otros. Además sumó un dato fundamental para entender las implicancias de esta enfermedad: en el angioedema hereditario la historia familiar incide en un 75%.

Una de las preguntas medulares durante la exposición de la Dra. Grumach fue sobre los tipos de tratamiento que existen para afrontar el angioedema hereditario (AEH). Básicamente existen tres: para crisis puntuales, mediante profilaxis a corto plazo y con una estrategia profiláctica a largo plazo. La particularidad que destaca la especialista es que, desde el año 2021, tanto las guías internacionales como las latinoamericanas, recomiendan como primera línea de acción la profilaxis a largo plazo. Esas guías determinan un consenso en la comunidad científica que va del 81 al 89% y que está sostenido y demostrado en la evidencia. Este cambio sustancial en los últimos años abrió la posibilidad de ofrecer tratamientos mucho más beneficiosos para aquellas personas que padecen el angioedema hereditario Ahora bien, ¿cuáles serían los factores de decisión para determinar un tratamiento a largo plazo? La especialista presenta algunas razones a tener en cuenta: frecuencia y severidad de las crisis y la capacidad de controlarlas, preferencia y decisión del paciente, acceso al tratamiento y a los recursos, comorbilidades, y una mejora en la calidad de vida. También dio cuenta de la utilidad de una herramienta que permite evaluar el estado de situación del paciente con esta patología: la prueba de control de angioedema (AECT), un test que permite determinar con un criterio de puntos cuán activa estuvo la enfermedad en los últimos tres meses.

En esa línea, en donde un tratamiento más sostenido en el tiempo tiene como beneficio una mejora sustancial en el día a día del paciente, se destaca el concentrado C1-INH derivado de plasma, suministrado por vía subcutánea. Durante su ponencia, la Dra. Grumach presenta estudios en los que se demuestra una mejor y más evidente respuesta que con otros tratamientos, como los andrógenos o los antifibrinolíticos. Según la especialista, el uso del concentrado C1-INH derivado de plasma, suministrado por vía subcutánea, permite que los pacientes -incluidos los niños- no tengan crisis por tiempos prolongados y eso impacta directamente en una mejora en la calidad de vida.

Pero no sólo eso. También se presenta como una alternativa ante los efectos adversos de otros tratamientos, la dificultad a los accesos venosos y la falta de tiempo para realizarse infusiones en instituciones hospitalarias. Además el método subcutáneo le da más autonomía al paciente, la portabilidad es más sencilla y las concentraciones de la infusión es mucho más estable que cualquier otro tratamiento. Por último, la Dra. Grumach dio cuenta con estadísticas del cambio evidente en los medicamentos que permiten tratar el angioedema hereditario. En Estados Unidos el danazol (andrógenos) tenía un uso predominante en 2010. Nueve años después, el concentrado C1-INH derivado del plasma se ubicó en primer lugar: el 60% de los tratamientos se realizaban con este medicamento, mientras que el danazol era aplicado sólo en el 6% de los casos.

Este cambio de paradigma, asegura la especialista, está en sintonía con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que explicita como objetivo central del tratamiento el control total de la enfermedad y la normalización de la vida de los pacientes.